martes, 4 de noviembre de 2014

“No soy difícil, es que soy de otra generación”

Columnas: Para cambiar nuestras escuelas

“No soy difícil, es que soy de otra generación”
De mis años de escuela, nunca olvido las experiencias que viví en clase junto a mis compañeros. Tampoco las travesuras y la reacción de ciertos maestros cuando tenían que “bregar con nosotros”, como decíamos algunos.

Sin embargo, desde que soy maestra he conocido muchos estudiantes, todos ellos con personalidades distintas y especiales, pero en cierto modo, parecidas a las nuestras cuando estábamos en la escuela. Incluso, en ocasiones solía identificarme a mí y a algunos de mis compañeros de clase con varios de mis estudiantes, lo que me hace pensar que no importa cuánto tiempo pase, cada generación repite la misma historia.

Y es que los tiempos cambian. En cada inicio y fin de una época o periodo existe un espacio transitorio que a muchas personas se les hace difícil traspasar. Hoy sé que se llama “brecha generacional” y que su manejo tiene mucho que ver con el aprendizaje de los estudiantes.

A cada generación le ocurre lo mismo, sobre todo aquellos que pertenecen al fin de una y el inicio de otra. Aceptémoslo. Todos en algún momento hemos conocido personas que tienen tal vez nuestra misma edad, pero pensamos que son de una generación distinta. A estas personas se les llama “fronterizos” y tienen características de dos generaciones.

Si nos detenemos a pensar, esto explica las palabras de “Juanito” cuando nos decía: “Missi, no soy difícil, es que soy de otra generación”. Tal vez hemos pasado mucho tiempo pensando que la generación que se va levantando ahora en nuestras manos (niños y jóvenes de 17 años o menos) es una generación difícil. ¿Sabes qué? La realidad es que ellos tienen razón. Somos nosotros, los maestros, los que no los entendemos.

La generación “net” o los nativos digitales, como se le conoce a la generación actual, lo hace todo diferente: crece, aprende, se comunica, actúa de formas diferentes. Esto tiene solo una interpretación: los maestros tenemos que enseñarles de una forma diferente.

Aunque esto signifique cambiar todos nuestros planes, irnos a estudiar de nuevo, volvernos cibernéticos, tomar cursos de sicología y otras cosas más, tenemos que aprender a entender a nuestros estudiantes. Los que lo hemos intentado hemos descubierto que esta generación no es difícil, sino distinta. De hecho, poseen muchas cualidades grandiosas: tienen pleno dominio de la tecnología, les encanta preguntar, comparten todo, les gusta comunicarse y colaborar, se interesan por aprender cosas nuevas, son líderes activos, luchan por sus derechos, tienen una gran imaginación y el poder de crear e innovar. En mis años de escuela, a un estudiante con todas estas capacidades le hubieran llamado un “fenómeno”, pero como los de hoy vienen en un frasco distinto, les llaman “difíciles”.

Einstein decía que "los problemas que existen en el mundo de hoy no pueden ser solucionados solo en el plano del pensamiento en el que fueron creados". Es verdad que era un genio, pero también era diferente y “difícil” para los que fueron sus maestros. Los estudiantes del mundo de hoy no pueden atenderse como fue creado el pensamiento de la educación hace mucho tiempo atrás. Es hora de mirar dentro del frasco que tenemos frente a nuestros ojos y ver su esencia. ¿Te has preguntado cómo nos visualizan ellos a nosotros? Probablemente nos dirían: “Missi, usted no es difícil, es que es de otra generación”, y a algunos eso les dolería mucho.

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